sábado, 26 de mayo de 2012
NOVENTA Y OCHO
Amor. No hay nada que decir del amor. Comprendo que no hay nada que comprender.
Eres el absoluto y él tu profeta inocente. Y ya está.
Todo aquello por lo que nos rompimos la cabeza y el alma,
todo lo que nos desquició
a cualquier hora. Todo fue demasiado tiempo libre,
un aprendizaje ficticio.
De un juego que ya resultaba aburrido.
No hay nada que saber.
Nada que aprender.
Todo es fácil.
Eres sencillo como las cosas buenas y diferente a todo lo prescindible.
Eres el absoluto.
Nada más.
Nada más.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario