lunes, 25 de abril de 2011

TREINTA Y SEIS

Y qué que no llegue. Cómo llegar con toda esta maraña de cosas. Con esta especie de telaraña viscosa frente a mí. Con este montón de cubos y bidones tirados a mis pies. Y yo en patines. Cómo llegar con el suelo brillante, no de luz, sino de aceite. Cómo moverse y llegar, o escribir, aunque sólo sea para escribir que no se llega. Cómo cuadrar los pies y coordinar los movimientos de cadera. Cómo ordenar los afectos y las iras a lo largo del día. Cómo llegar, aunque sea mal.
Cómo detenerse e impedir la velocidad, si no de movimiento, al menos sí del resquebrajamiento de mis huesos. Uno por uno, a poder ser.
No es que quiera llorar. Porque no quiero. A una la hicieron de hierro, pero todo cede a cierta temperatura. Y hasta las lágrimas te huelen mal. Y el estado líquido es mucho más resbaladizo que el gaseoso. Menos práctico para mantenerse firme en algún sitio sin escurrirte por entre las manos de quien sea. Si pudieran ser las tuyas, no me importaría. Y desaparecer.
Además, llegados a cierto punto, descubres que, al fin y al cabo, eres de aleación.
Y esa era toda tu pureza.

Cualquiera se pone a escribir...

viernes, 8 de abril de 2011

TREINTA Y CINCO

Y tras el Caos, cansados, los dioses dijeron una vez: "Ahora vamos a hacer algo bien".

E inventaron el mar.

martes, 5 de abril de 2011

TREINTA Y CUATRO

Sacarles los ojos con las uñas. Arrancarles las uñas de los pies. Atravesarles los pies con estacas. Meterles estacas por el culo. Empalarles. Violar a sus hijos. Arrancarles los párpados con cortaúñas. Desmembrarles. Astillarles. Deshidratarles. Sacrificar a sus mascotas. Vomitar toda la sangre en sus bocas.
Escupirles a la cara.
Desollarles. Romperles los huesos de las manos. Aplastarles las rodillas. Extraer su intestino lentamente. Arrancar las cabezas de sus troncos.
...
Gracias. Ya estoy más tranquila.

TREINTA Y TRES

Muy aficionada a escuchar un programa de radio en el que la gente llama para hablar con tarotistas/consejeras/videntes. Los temas son, casi siempre, los siguientes:

Amor.
Trabajo.
Salud.

En primer lugar, el amor. Luego el trabajo y pocas veces, las menos, la salud.
Llevo ya bastante tiempo escuchándolo y, pasado el asombro inicial, me he acostumbrado incluso a las videntes y tengo a mis favoritas. Pasado el asombro inicial, olvido que se trata de una estafa denunciable y me he sorprendido a mí misma queriendo llamar para preguntar algunas cosas como si fuera las Páginas Amarillas.
Todo parece tan fácil.
Una Chica joven llama. Pregunta lo que siente por ella Fulanito y si éste la va a llamar, pues está sufriendo mucho. La consejera le dice que por supuesto, que muy pronto va a recibir noticias de él: una llamada en la que querrá confesarle su amor y querrá verla, tendrán un encuentro él vendrá con cambios y las cosas sucederán despacio, de forma memorable, adulta y tierna a la vez, y a color. Ella se lo cree y se despide contenta, satisfecha, tranquila.
Una Señora mayor llama. Pregunta por la salud de su madre de 85 años. Le dicen que está bien y que va a vivir todavía muchos años. La señora se lo cree y se despide contenta, satisfecha, tranquila.
Un hombre llama. Pregunta si va a encontrar pareja porque la soledad le atenaza. Le dicen que muy pronto va a aparecer una mujer perfecta para él y que todo va a ser maravilloso. Él se lo cree, y se despide contento, satisfecho, tranquilo y casi ya enamorado.

¿Acaso no es para llamar deseando que te mientan?