martes, 27 de marzo de 2012

OCHENTA Y CUATRO

Si no puedo hacer bien lo que hacen todos,
haré mejor que nunca lo que no hizo nadie.

domingo, 25 de marzo de 2012

OCHENTA Y TRES

Nunca la RAE estuvo tan acertada.

cospe.

1. m. Cada uno de los cortes de hacha o azuela que se hacen a trechos en una pieza gruesa de madera, para facilitar su desbaste.



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jueves, 22 de marzo de 2012

OCHENTA Y DOS

Bueno, mañana no sé si estaré viva, pero hoy lo estoy y es lo importante. Voy a dormir cuatro horas.

Concierto de los Tindersticks... Son maravillosos. Aunque mañana no pueda ni abrir los ojos.

Gracias, Polidori, por llenarme los días de oxígeno.


(Pero por cierto, para el próximo, los asientos en la fila cuatro o cinco, que tampoco es necesario olerle el sudor a Stuart Staples :)

martes, 20 de marzo de 2012

OCHENTA Y UNO

Se va a mover el suelo,
pero muy pocos se atreven a decirlo.
Y de los que lo dicen
muy pocos saben protegerse.
Y de los que saben protegerse,
muy pocos se atreven a no hacerlo.

Esos.
Esos son mis semejantes.

sábado, 17 de marzo de 2012

OCHENTA

Yo no quería, no quería hacerlo, no, no, no... Pero es inevitable, lo publico o reviento. Estoy pasando una apasionante noche de sábado corrigiendo exámenes. Bien es verdad que hoy me he negado a levantarme a una hora razonable y esta tarde la he pasado en el cine viendo "The artist" (oh, sí, es buena, buena, pero el cine mucho, qué quieren que les diga, es como el Hip Hop, que "está bien, para quien le guste"). Así que ahora me toca hacer lo que no he hecho como buena cerdita que cumple con sus obligaciones.

Examen de 4º de ESO:

"Pregunta: Enumera las principales características de la Generación del 98.

Respuesta: La generación del 98 fue conocida como la época en la que los escritores se quejaban de la actualidad, en la generación del 98 destacaron Kierkegaard, Schopenhauer y Nietzsche, quien se atrevió a decir que Dios había muerto. También destacaron Fray Luis de León, Azorín, Pío Baroja, Antonio Machado...".

No me digáis que no es divertido este trabajo.

Bueno, hala, voy a seguir. Pero antes voy a por un machete a la cocina.

Y un gin-tonic bien cargado.




(Adenda: El extracto del examen lo he transcrito tal cual. Obsérvese la ausencia de faltas de ortografía y la corrección en la escritura de los nombres alemanes. ¿Es o no es maravilloso?)

viernes, 16 de marzo de 2012

SETENTA Y NUEVE

Tener certezas como el que tiene una casa. Y refugiarse en ella cuando llueve. Porque la lluvia a veces mancha, y una certeza te abriga y te protege contra el Asma.

lunes, 12 de marzo de 2012

SETENTA Y OCHO

Nueva cabecera. El Señor Humano nos visita.

SETENTA Y SIETE

A veces basta con el sol, con esta quietud. Disfrutar de esta luz en la calle, en un parque, en la montaña o en casa, como ahora. Esta quietud que es la que nos quieren quitar. No se sabe quién, ni se sabe por qué. Nunca. Pero quieren despojarnos de una calma que tenemos por derecho propio y porque sí. La perdemos a veces muy pronto, a veces tarde. Pero hay que (re)conquistarla. No sé qué haría si no pudiera parar, respirar y hablar conmigo en este silencio que me brinda cada tarde para reencontrarme con la parte más callada de mí misma.
Este momento, que pocas veces comparto como ahora, es quizá el momento en que mi cabeza se vacía y por lo tanto se recarga.
Este compartir escribiendo ya es faltar a mi cita conmigo. Pero hoy yo he necesitado compartirlo con no se sabe quién. Me escucho, y me hago caso. Me escucho, y me hago caso.
Es maravillosa esta hora de la tarde, y es maravilloso este sol y este silencio que arropa.
Hablo mucho durante el día. Mi trabajo me obliga a ello. Y es agotador. Ese dar y dar y dar y dar... Hay que hacer un esfuerzo para mantener la calma. Y cada vez requiero menos esfuerzos para conseguirlo. Gimnasia del "estar", será.
Necesito parar y recoger cada una de mis voces y recuperar parte de mí misma que he ido perdiendo durante el día.
Ahora, junto a este gran ventanal, junto a este sol y esta muchedumbre de pájaros a lo lejos que asombrosamente la tarde me regala en mitad de Madrid, recibo. Recibo lo que ahora me ofrece el momento. Y puedo imaginar incluso el mar, mi infinito y querido mar y sentir, muy íntimamente y sin melancolía, que lo oigo y lo huelo y nunca le digo adiós. Nunca le digo adiós. Sólo me voy tierra adentro.
Es importante abstraerse del ruido y la furia, y la prisa. Hagas lo que hagas no vas a llegar antes, no vas a llegar mejor, no vas a llegar a más yendo más deprisa. Es importante evitar los gritos. Evitar incluso hablar alto. Digas lo que digas, no se te va a entender más, ni mejor. No depende de tu volumen que se te escuche, sino de tu interlocutor.
El presente. El ahora. No sabemos qué sucederá después y me concentro en concentrarme en mis dedos, en esta luz amarilla y cálida, en este silencio quieto y no hacerme preguntas, ninguna. Evitar también las respuestas.
En estas soledades, diría Machado, uno puede echar de menos incluso un ruido. Pero no. No echo de menos nada, salvo el mar, y quizá el aplomo para no entristecerme por ello. Y me acompaña la certeza de saber, eso sí, que dentro de un rato tendré la mejor compañía para compartir esta fascinante aventura que cada tarde vivo, cada tarde, durante una hora, conmigo misma.