Tienes que ir a la peluquería. Tienes que ir a la peluquería. Tienes que ir a la peluquería. Me lo repito, cada día, cada tarde, una y otra vez. Tienes que ir a la peluquería.
Sería capaz de estudiar un curso de peluquería para no tener que ir, nunca más, a la peluquería.
Nunca me atrevo a confesar lo mucho que me cuesta ir a la peluquería. Un día un buen amigo me dijo que él tenía que beberse cuatro cervezas negras (lo dijo así, "negras") antes de ir a la peluquería.
Entonces supe que no estaba sola.
Pero de eso hace ya años. Ahora, necesito apoyo de nuevo.
O un güisqui doble.
Sería capaz de estudiar un curso de peluquería para no tener que ir, nunca más, a la peluquería.
Nunca me atrevo a confesar lo mucho que me cuesta ir a la peluquería. Un día un buen amigo me dijo que él tenía que beberse cuatro cervezas negras (lo dijo así, "negras") antes de ir a la peluquería.
Entonces supe que no estaba sola.
Pero de eso hace ya años. Ahora, necesito apoyo de nuevo.
O un güisqui doble.
¡No vayas!
ResponderEliminarpara eso tengo yo una solución muy sencilla
ResponderEliminar¿Cuál, cuál, cuál, cuál? Noooo, calla, calla, que me la imagino.
ResponderEliminar: )
Bueno, ¿cuál? De ti me espero cualquier cosa sorprendente.
Polidori, Polidori... Eso, tú anímame.
ResponderEliminarYo fui ayer, pero no sé si anima.
ResponderEliminar