Kavafis, El dios abandona a Antonio
Antonio, el dios me ha abandonado
a mí también.
No sé a qué lado de la ventana colocarme
para ver pasar la comparsa invisible,
sagrada, y ser valiente mientras la contemplo.
De pronto, sí, oigo a medianoche
sus cantos, la comparsa fúnebre
y las trompetas.
Es que ya han llegado, Antonio,
para mí también, las voces fantásticas,
mi suerte que declina, mis proyectos
que fueron todo errores y mis hazañas
no cumplidas.
Antonio, temo ser miedosa y suplicante
como las cobardes.
Antonio, que has sido mi amigo,
mi amante, y estás del otro lado,
te has ido antes y ya sabes más,
no me dejes decir, como a veces quiero,
que fue un sueño. Que todo esto
todo esto fue un sueño,
y nada más.
¿Es este, Antonio, tú que lo viste antes,
el ritmo que hace Alejandría al alejarse?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario