jueves, 25 de octubre de 2012

CIENTO TRECE

Pierde tus recuerdos, tu memoria, debes dormir. Deshazte de tu nombre, del nombre de tus hermanos, de tus amigos, de tus padres, de cualquier conocido que ya no lo es. Pierde tus recuerdos. Piérdelos como quien pierde el boli rojo, unas llaves viejas y frías como los pomos de las puertas en invierno, o la cabeza. Quítatelos como quien se quita una blusa, un sujetador que aprieta, como quien se arranca un diente, como quien se extrae una astilla que duele, como quien se extirpa un tumor que crece. Incide. Corta. Dejará de sangrar cuando cicatrice la herida, aunque el corazón te lata dentro y te arda y te escuezan las venas con cada otoño, con cada primavera, con cualquier cambio de tiempo.

2 comentarios:

  1. Punzante, incisiva, tú, tu escritura. Celebro que Lo Real te siga produciendo asma, Innés. Y celebro la intuición que me trajo hasta aquí. Un abrazo.

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  2. Abrazo, Pepinini. Qué ilusión verte por aquí.

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