lunes, 14 de noviembre de 2011

CINCUENTA Y SIETE

Hoy es quince de noviembre y hay poco más que decir. Es quince de noviembre y yo querría tener una conversación con Dios.

Estoy en la cama, en la cama conmigo, hay una luz en la terraza de enfrente que lleva dos días seguidos encendida, probablemente han olvidado apagarla. Pero yo querría tener una conversación con Dios.

Llueve, ya todo ha pasado. También todo podría ser peor. Y todo podría volver a pasar. La gata sueña con salmones y un coche pasa por la calle. Es tarde. Y yo querría tener una conversación don Dios.

Quién no, eh, quién no querría tener una conversación con Dios. Con Dios, qué cosas.

Si lo veis, decídselo. Quiero hablar con él. No es urgente, porque llevo no sólo 32 años esperando, eso no ha sido nada, eso ha sido relativamente fácil, sino uno, uno intensamente. ¿Sabéis cuántos días hay en un año? ¿Cuántas horas en un día? ¿Cuántos minutos, segundos como golpes? 32 años son treinta y dos años; pero uno, uno son 365 días con sus 365 noches. Y ahí van muchas horas. Dios ni en la sopa. Dijo que le encontraríamos en no sé cuántos sitios, una barbaridad. "Mirad no sé dónde", "mirad no sé cuántos, allí me encontraréis". Pero yo nunca lo he visto. A lo mejor es que soy una incapaz. O una insensible.

A estas alturas, todo podría ser.

Puedo esperar un poco más. Sí, no pasa nada. No nos volvamos locos. Tampoco hay que dramatizar. Sí, yo creo que sí que puedo. Sin problemas. Tiempo tengo. Él mismo me lo dio. Quizá me lo dio para no verme la cara. Mejor que me lo diera, para no verme la cara. Es una cara que nadie, ni él, querría ver.

Aquí hay una que está esperando. Decídselo alto y claro: cada día, a cada instante, por todo esto. Y por mucho más.

Tengo una pistola. Y muy pocas ganas de hablar.

2 comentarios:

  1. Esta mañana llovió luego salió el sol entre las nubes y las calles brillantes como plata y el aire limpio,yo estuve contrariado, escuche poco, no mire a los ojos, estuve pensando en otras cosas cuando mi hija estaba a mi lado, no se que como...si dios me hubiese hablado seguramente no le hubiera hecho caso y quizás me hablo...como mi hija o como el sol

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  2. Quizás es así, y no me doy cuenta. Quizás, es verdad, no recibo la frecuencia. Es verdad. Un abrazo, Francisco. Uno fuerte.

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